El vinagre es un condimento esencial de nuestra dieta mediterránea, sirviendo como perfecto aderezo de múltiples platos y, por supuesto, como ingrediente indispensable para aperitivos y encurtidos. Desde un punto de vista etimológico, la palabra vinagre es además una de las más utilizadas en el idioma español para expresar gran cantidad de emociones y sentimientos. Repasamos algunos de los dichos más comunes que utilizan este término para dar idea de su gran versatilidad lingüística.

“Echar vinagre a la herida” “Echar vinagre a la comida” o “Añadirle vinagre a la cerveza” se refieren todas ellas a agravar una situación ya difícil o dolorosa con comentarios o actuaciones inoportunas por parte de otra persona.

“Estar con el vinagre” es quizá una expresión no tan conocida, que se refiere en este caso a estar de mal humor. Muy similar a “Tener un vinagre con alguien”, que significa tener un carácter amargo o personalidad difícil o estar en desacuerdo con alguien.

 

Recipientes de vinagre y encurtidos Las Toreras

 

“No puedes hacer buen vinagre con vino flojo”: si quieres obtener buenos resultados, con una base insuficiente o de baja calidad, es difícil que mejore.

“El aceite y el vinagre no se mezclan”. Este proverbio es una forma de decir que ciertas personas, objetos y características no van juntos porque su mezcla no resulta.

“Echar una cucharada de vinagre”: es una expresión que se refiere a agregar un toque de astucia o inteligencia en una situación difícil.

“Tener vinagre en las venas”: hace referencia a tener un carácter fuerte y decidido, capaz de superar dificultades.

“Vinagre de Jerez”: indica que algo es de gran calidad, un producto delicatessen, especialmente en el ámbito culinario.

“Echarle vinagre a la comida”. Se refiere a ser despectivo/a con algo o alguien, mostrar desagradecimiento o poco respeto.

“La ensalada, bien salada, poco avinagrada, y bien aceitada”. Un perfecto equilibrio de ingredientes para que tus platos queden de diez.

“Vinagre con miel, sabe mal y hace bien”. Viene a decir que, muchos de los remedios que se utilizan para tratar problemas no son del agrado del paciente, aunque sus resultados después sean favorables.

“El buen vinagre del buen vino sale”. Cuando se emplean elementos de calidad, el resultado es bueno.

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