MOMENTOS OLÉ

Origen histórico de los Carnavales

Cuando hablamos de Carnavales, normalmente nos imaginamos una celebración multitudinaria con calles llenas de carrozas, colorido, bailes y disfraces y ciudades como Venecia, Río de Janeiro, Tenerife o Nueva Orleans. Pues bien, aunque está claro que estos lugares del mundo son indudablemente conocidos por esta alegre festividad, sus orígenes históricos no se encuentran en ninguno de estos puntos del planeta. Te invitamos a recorrer este apasionante viaje a lo largo del tiempo. Hazte con unas @Toreras, que vamos a hablar de auténticos @MomentosOlé. Es por aquí.

El Carnaval, una de las fiestas paganas más celebradas en todo el planeta, se remonta a la Antigüedad. En concreto, existen algunas evidencias de que el pueblo sumerio (parte sur de la antigua Mesopotamia) ya realizaba este tipo de festejos en los que la gente se disfrazaba y pintaba la cara, hace 5.000 años. 

De acuerdo con los historiadores, la primera fiesta de Carnaval conocida como tal, tuvo lugar en Egipto. Por unos días, los egipcios ocultaban la clase social a la que pertenecían con una máscara en su cara y se reunían en las calles para cantar y bailar en una fiesta pagana. Después los romanos empezaron a celebrar esta fiesta al comienzo de la primavera en honor a Momo, dios de la diversión y la burla. Aunque, si pensamos en esta alegre celebración tal y como la conocemos hoy en día, el Carnaval es una continuidad de los antiguos Saturnales, las festividades romanas que se celebraban en honor al Dios Saturno (dios de la agricultura y la cosecha de la mitología romana) en torno al fuego, los elementos y la necesidad de un tiempo favorable para que los cultivos fuesen fructíferos.

Por su parte, en Grecia tenían lugar las llamadas fiestas dionisíacas, dedicadas a Dionisio, dios del vino, y que consistían en un desfile en el que se sacrificaba un cordero para dar fuerza a la tierra con la sangre del animal, además de realizarse una representación teatral con actores y actrices que llevaban máscaras llamativas y bailaban al son de la música.

Más tarde, en la Edad Media, era costumbre llamar al Carnaval “fiesta de la locura”, ya que la gente se dedicaba a gastar bromas en los lugares públicos oculta tras un disfraz. Fue a raíz de la expansión del cristianismo que la Iglesia Católica intentó evitarlo pero, como no tuvo éxito, incorporó la fiesta a su calendario y pasó a considerarla una fiesta alegre antes de empezar la Cuaresma, tiempo de oración y abstinencia en la que no se podía comer carne durante los 40 días previos a que comenzara la Semana Santa, además de no cometer excesos como participar en grandes celebraciones. Pues bien, los carnavales surgieron como reacción a este precepto, celebrándose en esta fiesta pagana tres días de desenfreno en los que casi todo estaba permitido y volviendo así al anterior espíritu medieval. De hecho, uno de los motivos por los que se llevaba un disfraz era precisamente para taparse el rostro y preservar el anonimato.

La costumbre se extendió por toda Europa y llegó hasta América de la mano de los conquistadores. Así, durante el reinado en España de los Reyes Católicos, la gente se disfrazaba para gastar bromas a amigos y familiares hasta que llegó Carlos I y prohibió la fiesta por atentar contra las medidas de seguridad. Su hijo Felipe II y su nieto Felipe III hicieron lo propio y continuaron con la prohibición. No sería hasta que llegara Felipe IV al trono que concedió de nuevo el permiso para que se celebrara esta antigua costumbre.

Actualmente los Carnavales se celebran alrededor del planeta y, con sus diferencias culturales y particularidades de cada lugar, todos tienen en común el colorido, la alegría y los desfiles y disfraces por las calles.
¿Y tú? ¿Cómo celebras la fiesta de los Carnavales?